Derribando mitos sobre los DRMs

Como bien recordarán, comenzando la semana les anuncié que los libros de Harry Potter por fin estarían a la venta en español y otros tres idiomas además del original en la tienda Pottermore. Si nos vamos un poco más atrás, a finales de marzo fue cuando se puso en marcha la tienda en línea de Pottermore, en ese entonces se lanzaron a la venta los libros electrónicos y audiolibros de la saga del aprendiz de mago y la gran sorpresa fue que los libros estarían libres de DRM y sólo vendrían con una marca de agua.

En este mismo orden de ideas, el día de hoy me encuentro en Lecturalab una nota muy interesante y que viene a dar seguimiento al post que hace un par de días publiqué en este espacio sobre la muy cuestionable utilidad de los DRM en la lucha contra la piratería de libros electrónicos. De acuerdo con Charlie Redmayne, director general de Pottermore, después del lanzamiento de la tienda en línea y de que los libros estuvieran libres de DRM, comenzaron a ver un crecimiento exponencial de copias pirata en diferentes sitios de intercambio de archivos. Hasta aquí, cualquier editor se habría ido de espaldas y acto seguido habría satanizado internet, los libros sin DRM y desde luego a los lectores, como es de esperar, seguramente hubiera retirado la marca de agua a los libros y habría vuelto a los DRM, dejando a los lectores muy mal parados y dando la razón a todos los argumentos a favor de los candados en los libros electrónicos y sobre la piratería de los mismos.

Sin embargo, antes de que en Pottermore tuvieran una respuesta ante tal situación, los mismos usuarios fueron quienes reaccionaron de manera muy positiva y en favor de los libros, argumentando que por primera vez un editor daba el paso que todos estaban esperando, es decir, libros libres de DRM y a precios razonables, como para compartirlos en estos sitios y encima de todo, hacerlo con la marca de agua que posibilita a la editorial identificar a la persona que subió el archivo. Lo mejor de todo es que el número de archivos para compartir pronto comenzó a bajar, todo esto sucedió antes de que Pottermore diera un paso al respecto.

¿Qué lección deja este “fenómeno” en donde los usuarios son quienes ponen un alto a la piratería cuando encuentran lo que necesitan y de la forma que lo necesitan?

Lo mismo que se ha venido diciendo en varios artículos al respecto: los DRM poco hacen por frenar la piratería e incluso la propician al no dar al lector lo que requiere, flexibilizar el acceso a los contenidos –entiéndase como precios accesibles, libres de DRM y con la posibilidad de descargarlo en cualquier dispositivo– no significa que estos van a ser compartidos de manera ilegal y, en el caso de que así sea, como ya ha ocurrido con la saga de Harry Potter, no está de más dar el crédito que merecen los lectores, pues son ellos quienes se manifestaron en contra de la piratería de libros.

Sobre este mismo tema, recomiendo también leer estos otros dos artículos que se mencionan en el blog de Lecturalab:

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