Esqueumorfismo de la lectura en pantalla, o del arraigo al libro impreso

Se llama esqueumorfismo (o esqueuomorfismo) cuando queremos replicar el mundo físico en el ambiente digital agregando características que en el mundo análogo tenían una razón de ser, pero en el digital no tienen ningún sentido más que hacer sentir cómodo al usuario o apelar a su nostalgia. Ejemplos de Esqueumorfismo hay varios, por ejemplo, actualmente encontramos aplicaciones móviles de fotografía que imitan el disparo que produce una cámara al capturar una foto, aunque en la app no exista un espejo que sube para permitir dicho disparo produciendo el clásico sonido que todos reconocemos.

esqueumorfismo de la lectura en pantalla

Hipstamatic, app de fotografía

Otro ejemplo de esqueumorfismo son los procesadores de texto que en su mayoría emulan una página en blanco. Incluso hay algunos teclados para computadora o tabletas que emulan al de una máquina de escribir.

Sin embargo, el esqueumorfismo no es exclusivo del mundo digital, en el mundo análogo es posible encontrar actualmente varios ejemplos, pensemos en bocinas que emulan antiguos radios con botones de volúmen. Independientemente de si se está emulando lo análogo en ambiente análogo o digital, lo cierto es que el esqueumorfismo sirve para hacer familiar y cómodo el nuevo objeto y tenga aceptación. 

Pero, ¿por qué vengo yo a hablarles de este tema en un blog que habla de lectura en pantalla?

Recientemente leí El futuro de la lectura una conversación entre Marianne Ponsford con Peter Florence y Michael Bhaskar publicado CERLALC en 2018, donde se discute sobre la dura competencia que tiene actualmente la lectura frente a otros contenidos. Pero no sólo eso, Michael Bhaskar, asegura que la tecnología difícilmente podrá cambiar la forma en que nos presentan los textos en la pantalla y que precisamente el esqueumorfismo se ha utilizado en este terreno para replicar el mundo impreso en el mundo digital, aunque no exista una necesidad real para hacerlo, ¿o quizá sí?

En el esqueumorfismo de la lectura en pantalla vemos que una de las principales características de los ereaders y la tinta electrónica es que su pantalla emula al papel, de hecho, hasta hace pocos años las pantallas de los ereaders no tenían retroiluminación, así que si estabas en un lugar con poca luz o de plano a oscuras, era imposible leer en un ereader. Sin embargo, el esqueumorfismo de la lectura en pantalla no se limita a los ereaders, ocurre también en las distintas apps de lectura que emulan el cambio de página, hay las que  incluso agregan el sonido del paso de una página a otra. 

esqueumorfismo de la lectura en pantalla

Cambio de página en la Kindle App

Pero, ¿por qué ocurre esto, si se supone que las pantallas nos abren una puerta muy ancha para ensayar distintas formas de leer más allá de un texto plano que se lee de izquierda a derecha y de arriba a abajo?

Este es, sin duda, un tema sobre el que debemos detenernos a reflexionar con más calma porque es precisamente por lo arraigado de la idea del libro como objeto que muchos siguen sin aceptar otras formas de lectura. Recordemos que el libro impreso lleva más de 500 años, y aunque ha cambiado de a poco, en el imaginario colectivo el libro sigue siendo un cúmulo de hojas encuadernadas, es más, muchos incluso lo conciben sólo en función de lectura literaria. 

Y aunque como ya lo mencionaba, las pantallas nos ofrecen un verdadero mundo de posibilidades, las empresas y los desarrolladores nos siguen ofreciendo en su gran mayoría apps de lectura para visualizar libros electrónicos en formato epub que, si bien permiten cambiar el tamaño y tipo de fuente, el color del fondo de pantalla, la alineación o la orientación del texto, o que nos permiten compartir, copiar, subrayar, etc., estas aplicaciones siguen presentándonos a la lectura de una forma muy tradicional.

Y yo me pregunto, ¿la otra lectura, la que no tiene esqueumorfismo en la pantalla, llámense libros app, libros con realidad aumentada, libros interactivos, etc., es tan difícil de lograr y tan difícil de ser aceptada? ¿es realmente necesario y/o obligado aprovechar todas las posibilidades que nos permiten las pantallas para ensayar otras lecturas? ¿o, por el contrario, la lectura en pantalla está condenada a emular la lectura de impresos en aras de ser aceptada? ¿debemos sacrificar posibilidades de lectura, en aras de comodidad, familiaridad y, por ende, aceptación? Y lo que es más importante, ¿el esqueumorfismo necesariamente sirve para que la lectura en pantalla sea aceptada o está estorbando a distintas narrativas?

¿Qué opinan?

4 Responses to “Esqueumorfismo de la lectura en pantalla, o del arraigo al libro impreso”
  1. Jorge Prinzo octubre 18, 2019
    • Veronica Juárez octubre 21, 2019
  2. Adrián Perales octubre 19, 2019
    • Veronica Juárez octubre 21, 2019

Deja un comentario