La lectura y los videojuegos

lectura y los videojuegos¿Les suena extraño relacionar la lectura y los videojuegos? En este blog se ha hablado mucho sobre la validez de las pantallas como formato de lectura, sin duda un tema que da para que los nostalgicos del libro impreso y del olor del libro aseguren que eso no es libro y no es lectura, de hecho, no hace mucho alguien me aseguraba que los audiolibros y los libros electrónicos no son libros, y afirmaba además, que el libro es solamente un objeto, se olvidó del contenido.

Es un hecho, sin embargo, que las pantallas dan incluso para mucho más que el simple archivo electrónico que trata de emular al libro impreso o que lo único que nos presenta son textos planos. En estas muchas posibilidades de las pantallas encontramos, por ejemplo, los libros interactivos, los libros de realidad virtual, los de realidad aumentada, los libros gamificados y, si nos vamos un poquito más allá, los videojuegos.

Seguramente algunos argumentarán (no sin un dejo de indignación) que, de todos los ejemplos que se mencionan arriba, el de la lectura y los videojuegos es el menos indicado para hablar de libros y/o de lectura en pantalla. Sin embargo, reticentes o no, ya desde hace tiempo se viene discutiendo sobre la validez de los videojuegos como formato de lectura. Discusiones a las que, los que nos relacionamos con el libro y las bibliotecas (mediadores, docentes, bibliotecarios, etc.), deberíamos estar más atentos, no sólo para conocer del tema, sino para estar más abiertos e involucrarnos realmente con los intereses reales de los lectores.

Lo anterior viene a colación porque en el blog Linternas y Bosques, Áurea Esquivel realizó una maravillosa y documentada disertación sobre la lectura y los videojuegos en el post Despertar, jugar y no morir. Otras formas de narrar infancias terribles (y no morir en el intento), un interesante análisis que comienza de forma muy atinada y contundente con esta frase: “Los videojuegos también se leen.” Yo agregaría, “…y en ellos nosotros somos los protagonistas“, quizá por ello resultan tan atractivos para niños y no tan niños.

Mientras leía el artículo de Aurea, me vino a la mente el taller La LIJ en la era de la lectura en pantalla que impartí hace apenas unas semanas como parte de los cursos de Educación Continua de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM y en el que discutimos precisamente sobre los muchos prejuicios que tenemos en torno a lo que es o debe ser el libro, la lectura y los lectores cuando analizamos los distintos formatos de lectura que existen en la actualidad, incluidos desde luego los videojuegos.

Además del análisis de la lectura y los videojuegos, Áurea también nos pone sobre la mesa 10 videojuegos que, aunque pudieran verse como no apropiados para los niños, son buenos ejemplos para “…mostrar y vivir ciertas infancias.

Un artículo que recomiendo ampliamente a todos aquellos que no estamos muy familiarizados con los videojuegos pero que, como bien menciona Adolfo en la presentación del post, no dudamos de su impacto y estrecha relación con la lectura. Un artículo que es también un llamado de atención para dejar de pensar en los niños como seres incapaces de entender cuestiones complejas y también dejar de pensar que hay temas que ellos no deben conocer. Finalmente, un artículo que deberíamos ver como una invitación a seguir investigando sobre los videojuegos y la forma en que se pueden aprovechar en distintos ámbitos, por ejemplo, la biblioteca.

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