Las 2 reglas esenciales para la expansión del e-book

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  1. Ir a donde están los lectores
  2. Ir a donde están los libros electrónicos.

Simples, tanto, que parece absurdo que se tengan que mencionar. Cualquiera creería que así trabajan los editores, pero lo cierto es que al ver cómo se está comportando la industria editorial con los libros electrónicos parece que piensan que el mercado debe funcionar de la misma manera que con los libros impresos.

Estas dos reglas “secretas” fueron mencionadas por Michael Tamblyn, vicepresidente ejecutivo de contenido en Kobo, en una conferencia realizada en Nueva York. Quizá aquello de”secretas” sea la razón por la que los editores no entienden muy bien qué y cómo hacer con el libro electrónico para lograr que este llegue a más y más lectores en todo el mundo.

La importancia de las palabras de Michael Tamblly radican en que Kobo, empresa con base en Toronto, Canadá, que se ha caracterizado por ofrecer los libros a precios más accesibles que los que encontramos con otros distribuidores como es el caso de Amazon o Barnes & Noble, pero además, y aquí es donde predican su primer regla secreta con el ejemplo, han hecho posible que un libro pueda ser descargado en cualquier país. Amazon aún no logra esto y existen libros imposibles de adquirir por la sencilla razón de que no están disponibles para Latin Am. & Caribbean, o cualquiera de las otras regiones.

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Por cierto, que Kobo abrió sus puertas virtuales en 2010 y a la fecha tienen sucursales en Alemania, Francia y Holanda y, aunque no pueda ir al mismo ritmo de los grandes distribuidores como Amazon, el crecimiento de sus ventas no se ha detenido desde su inicio. Al principio todos los libros estaban disponibles sólo en inglés, aunque poco a poco han ampliado su oferta a otros idiomas y aunque en español sigue siendo muy baja, para el lector ya es posible adquirir algunos libros sin importar en qué país se encuentre. Además, al igual que las grandes empresas actuales, hoy en día Kobo permite al lector leer no sólo en el país que esté, sino en donde este, es decir, puede leer en su computadora, en su Kobo Reader, en su aplicación para iPad o cualquier otro dispositivo móvil. Creo que les han quedado muy claras sus dos reglas secretas.

¿Son atinadas o no estas dos reglas básicas? Editoriales como Alfaguara, por poner uno de tantos ejemplos, no puede pensar en expandir su mercado de libro electrónico si sólo permiten la distribución de los contenidos en España, mientras que el lector en México o Argentina no puede adquirirlos y se tiene que conformar con el impreso. Como lo dice Tambly, hay que ir a donde está el lector y si este está en Timbuctú debe tener la posibilidad de descargar el contenido que desea en su idioma.

Visto en: Digital Book World

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