El impacto ambiental de la edición digital

El impacto ambiental de la edición digital
Imagen vía Pixabay

Desde hace algunas semanas tenía en mi lista de lecturas pendientes el artículo El impacto ambiental de la edición digital en el que Marta Escamilla y Jordi Panyella Carbonell dan cuenta del Ecobooklab 2020 realizado el 24 de noviembre pasado y que abordó el tema de la ecoedición. 

De entrada muchos podríamos pensar que la edición electrónica no implica arbolitos talados y bosques o selvas deforestados; sin embargo, la producción y consumo en digital causan un impacto ambiental importante (de acuerdo con el artículo La huella medioambiental de cada clic corresponde a 45% y 55%, respectivamente) incluso después de la vida útil de un aparato que utilicemos para este fin. 

Y para aquellos tentados a volver a la vieja discusión del libro impreso vs digital con el argumento del medio ambiente, como lo hacen notar Escamilla y Panyella, aunque se hable de edición tradicional (en papel), esto implica un proceso de producción digital que también tiene un impacto antes de llegar al impreso.

Varias ideas me quedan dando vuelta sobre este tema, especialmente porque de acuerdo con varios estudios, el 2020 estuvo marcado por una pandemia que resultó en un crecimiento sin precedentes de la lectura en pantalla y ni qué decir de los audiolibros, a los que por cierto, raramente se toma en cuenta cuando se aborda este tema. 

Lo anterior, en primer momento puede resultar algo muy positivo y seguramente lo es para el mercado editorial, pero también es importante poner sobre la mesa qué tanto impactó el consumo de libros digitales enmarcados en un contexto de encierro que, se suponía, al no desplazarnos o no estar todos los días en la calle, ayudaría al ambiente. 

¿Qué pueden hacer las editoriales?

Desde luego está la ecoedición, pero yo me iría un poco antes, ¿en realidad todo es publicable ya sea en impreso o digital? Sin temor a equivocarme mi respuesta es no

Pero volviendo a la Ecoedición, como lo mencionan en el artículo:

La coedición hace referencia a una manera de gestionar las publicaciones en base a principios de sostenibilidad.

¿Cómo se logra esto?

Quizá ya habrán encontrado algunas publicaciones que en el reverso de portada se puede leer “100% Libro Natural” o “Hecho con el 100% de papel reciclado e impreso con tintas ecológicas” y notas similares es una manera de editar ecológicamente. 

Otra es estudiar el impacto ambiental que tiene cada proceso de la edición y desde luego está tambiel el  FSC (Forest Stewardship Council), un sello que certifica que el papel utilizado en un libro, no procede de la tala ilegal.

Y también pueden echarle un ojito al Manual de la buena coedición que no tiene desperdicio.

Y aquí me viene la duda de si la edición digital en distintos formatos también tiene un impacto mayor sobre el medio ambiente, es decir, tener un libro en distintos formatos como ePub, PDF y Mobi tiene un mayor impacto que, por ejemplo, publicar sólo en ePub. Es una idea al aire que quizá alguien verdaderamente versado en el tema me podría despejar. 

¿Qué podemos hacer los lectores para reducir el impacto ambiental de la edición digital?

Consumir de forma responsable es algo que se dice fácil, pero realmente somos concientes de la huella de carbono que vamos dejando a cada paso. El simple hecho de estar escribiendo este post, más la lectura del artículo y todas las pestañas que tengo abiertas en este momento en mi navegador está teniendo un impacto ambiental. Así que mejor les dejo acá algunos apuntes del mismo artículo para reflexionar:

La obsolescencia programada: ¿es realmente necesario cambiar cada año o dos el smartphone por el nuevo modelo que salió al mercado? En este punto coincido con el ingeniero William Ramírez de The Good Plug, un proyecto dedicado a la reutilización y reciclado de residuos eléctricos y electrónicos, que insiste en la necesidad de alargar la vida útil de los aparatos, de todos, la cámara, el celular, la computadora, la tableta, el ereader, el smartwatch, etc. 

Cuánto lees en qué dispositivo: un Kindle (no se menciona el modelo, pero supongo que sí habrá diferencias de impacto ambiental entre los distintos modelos) tiene un impacto de 128 kg de CO2, o lo que es lo mismo leer 22.5 libros impresos. Por ello, para que uno de estos dispositivos (o de cualquier otro ereader) sea sostenible, deberíamos leer en promedio 322 libros de 110 páginas cada uno. 

Una última reflexión sobre el impacto ambiental de la edición digital

Y ya por último, otra idea que me viene a la mente como una forma de reducir el impacto ambiental: las bibliotecas con el préstamo a domicilio y digital. Un libro impreso por cuántas lecturas puede pasar en una biblioteca, un préstamo digital (sí, un poco más difícil de dilucidar, especialmente si pensamos en los DRM y la licencias) cuánto CO2 nos puede ahorrar. O quizá no, quizá aquí resulte muy pertinente un estudio sobre impacto ambiental del préstamo digital en bibliotecas. 

En fin, dejo el tema sobre la mesa por si hay alguien que lo quiera tomar y, por lo pronto, les recomiendo ampliamente el artículo de Marta Escamilla y Jordi Panyella Carbonell.

Les dejo también este otro artículo.

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