Cada vez que comienzo un post que tiene que ver con lectura en la mal llamada era digital, no puedo evitar comenzar con un aunque mucho se ha dicho… y es que, aunque mucho se ha dicho, y generalmente mal, sobre la lectura digital y el daño que está haciendo a la lectura y el mundo del libro, lo cierto es que valdría la pena analizar un poco más este argumento que, a ratos, da la impresión que se acepta sin ir más a fondo.
Lo anterior viene a colación porque justo hoy me encuentro con ¿Cómo están cambiando los ebooks?, un artículo publicado en Digital Book World donde Daniel Berkowitz, editor de DBW, analiza la lectura en pantalla y el impacto que tiene en la forma como estamos leyendo. El autor se centra en la lectura por placer y comenta que nuestra capacidad de atención es cada vez menor y que leer libros completos, extensos y por el mero gusto de pasar el rato es cada vez más difícil.
El autor de este artículo nos está hablando de una mera percepción sobre las formas de lectura actual y no sobre estudios científicos que avalen este argumento, pero tiene un buen ejemplo que sostiene esta idea: los Bookshots (una nueva línea de novelas cortas que cuestan no más de 5usd y que puedan leerse de una sentada), una propuesta de James Patterson para llegar a un mayor público en el que se encuentran aquellos a quienes no les gusta leer, no tienen el tiempo o las ganas de hacerlo.
Entonces queda la pregunta, ¿la capacidad de atención es cada vez menor entre los lectores?, ¿cada vez se leen menos libros extensos?, ¿cada vez se lee menos por placer?, ¿ya no hay tiempo de leer?
Aunque yo tampoco tengo estudios científicos que avalen mi percepción, lo cierto es que, por el contrario, mi impresión es que cada vez se publican más libros extensos y de hecho, muchos de ellos están dirigidos a un público juvenil, un público que se supone es que menor capacidad de atención tiene y que hace la mayor parte de su vida a través de dispositivos móviles, gran culpable de alejarlos de la lectura, ¿o quizá de acercarlos?
Ya lo he mencionado en otras ocasiones y, de hecho, en ¿La lectura en pantalla, la lectura del futuro?, la presentación que ofrecí el año pasado en el 5o Congreso Internacional Innovatics ya desarrollaba esta idea:
Cada vez se publican más seriales, o historias en entregas, entregas que por cierto no son nada cortas, por ejemplo, pienso en la serie Amanecer rojo de Pierce Brown y cuya primera entrega tiene la nada corta cantidad de 544 páginas. Otros libros que se están publicando en serie y que han causado revuelo son: Los juegos del hambre cuya primera entrega tiene 396 páginas, Canción de hielo y de fuego con 798 páginas o Choque de reyes, de la misma saga, con 864 páginas. También podemos mencionar la nada despreciable saga Harry Potter que cuenta con 7 libros, el clásico El señor de los anillos de Tolkien cuyas 3 entregas (al menos en la edición que tengo a mano) suman más de 1200 páginas, La sombra del viento de la saga de El cementerio de los libros olvidados con 569 páginas.
Lo anterior son sólo algunos ejemplos que lo único que hacen es demostrar que más que acortarse la capacidad de atención en la lectura por placer, lo que ocurre es que la gente está diversificando sus lecturas, es decir, no podemos afirmar que hay una forma de leer y que esta es sólo de historias cortas o de tuits porque la gente ya no se puede concentrar con libros grandes, por el contrario, se lee más y se lee de distintas formas, sólo que en la actualidad algunos lectores necesitan Bookshots, como los propuestos por Patterson, mientras que otros están dispuestos a enfrentarse a grandes mamotretos como las sagas que menciono arriba o tantas otras que podemos encontrar actualmente en las librerías.
Ver también: Is pleasure reading becoming short attention span theater?