Las últimas librerías del mundo

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Librería de Viejo

¿Creen posible que algún día nos quedemos sin librerías? ¿son necesarias o estamos acercándonos rápidamente a las últimas librerías del mundo?

Muchos libreros no dudarán en responder que sí, que las grandes librerías en línea y corporaciones los están ahogando. Sin embargo, la pregunta que cabe para la situación actual es, ¿qué tan útil es una librería en nuestros días?

Seguramente muchos de los lectores llegados a este punto se molesten y decidan no seguir hasta el final del post; y aunque yo estoy convencida de su utilidad y permanencia, lo que pretendo acá no es levantar polémica, sino hacer un análisis lo más honesto posible de la razón de ser de las mismas en una época donde la gente asegura que todo está a la vuelta de un click del ratón.

Lo anterior viene a cuento porque hace un par de días leí en Publishing Perspectives el post Do we philosophically. Emotionally need bookstores? un artículo que analiza el llamado de atención que hicieron Phillip Jones, editor de The Bookseller, y Sam Husain, CEO de Foyles en la Feria del Libro de Londres al gobierno de Reino Unido para ayudar a las librerías a hacer frente a los altos costos en las rentas. Como indica Jones:

Creo que el dominio de Amazon en el mercado del libro impreso y electrónico necesita ser analizado.

No creo que exista un movimiento filosófico en contra de las librerías, todo esto es económico. Las rentas van en una sola dirección y el gobierno puede cambiarlo. Si se dan incentivos fiscales a Amazon para abrir un almacén en Escocia, se puede cambiar también la economía de la calle. Creo que física y emocionalmente necesitamos librerías, son un puente esencial con el lector.

En mi opinión creo que aunque el gobierno en Reino Unido o en cualquier otro país intervenga en favor de las librerías, si éstas no se adaptan a las necesidades actuales no habrá política pública ni poder humano que las salve. Es muy cierto y nadie podrá negar que el modelo de negocio de Amazon es agresivo y está llevando a las pequeñas librerías a la desesperación, muchas de ellas no han aguantado la presión y cada vez hay menos librerías físicas pero, como lo dice Husain:

Es un mercado cambiante y las librerías necesitan adecuar sea lo que los clientes quieren.

Y si estas no se adecuan, los lectores buscarán donde sí lo hagan. Aunque Amazon lleve mucha responsabilidad, no todo es su culpa; la pregunta no es entonces si las librerías son necesarias, desde luego que lo son, como ya lo dijeron, son el primer puente con los lectores y ningún algoritmo por sofisticado que sea hará lo que hace un librero pero, ¿cómo harán para competir en este mercado cambiante?

Así como ha sido necesario en algún momento imaginar la biblioteca del futuro, creo es importante hacer también el ejercicio de imaginarnos las librerías del futuro y pensar en lo que los lectores quieren. El universo del libro que incluye a las librerías, las bibliotecas, las editoriales, los distribuidores y, desde luego, el libro, debe aprender a adaptare si no quiere que se hagan realidad aquellas pesadillas apocalípticas que hablan de la desaparición de todo.

Aprovecho para dejarles este corto, escrito y dirigido por Richard Dadd y Dan Fryer, donde ya imaginan el mundo con una sola librería. Si quieren conocer más del proyecto, pueden hacerlo en The last bookshop y sólo me resta decir que espero nunca alcancemos este futuro.

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