Lectura en pantalla más allá de la emulación del libro impreso

Lectura en pantalla más allá de la emulación del libro impreso

Hace algunas semanas, gracias a mi querida Teresa López Avedoy, descubrí a Girondo Dice, una página web desarrollada por por Canal Encuentro para homenajear al gran poeta Oliverio Girondo (Buenos Aires, 17 de agosto de 1891 – Buenos Aires, 24 de enero de 1967) y cuyo objetivo es, como bien indican en la descripción, permitirnos un acercamiento experimental (interactivo y juguetón, diría yo) al escritor, haciendo uso de las posibilidades que nos ofrece la lectura en pantalla más allá de la emulación del libro impreso: el lector hace una pregunta y el sitio propone, a modo de respuesta, un fragmento de su obra. Las obras utilizadas para este proyecto son:

  • Veinte poemas para ser leídos en un tranvía
  • Espantapájaros
  • Calcomanías
  • En la masmédula
  • Persuasión de los días
  • Membretes
emulación del libro impreso

Lectura en pantalla más allá de la emulación del libro impreso

Traigo a colación este ejemplo porque me lleva a pensar nuevamente en algo que ya he discutido en otras ocasiones en este blog: ¿la propuesta de la lectura en pantalla sólo debe limitarse a la emulación del libro impreso? ¿basta con emular el cambio de página? ¿el hecho de estar en pantalla obliga a agregar otras características? Sí, agregar realidad aumentada, es curioso, pero ¿eso es todo?

Todas estas reflexiones también me remiten, más recientemente, a la charla Elegir para compartir que tuvimos la semana pasada Natalia Porta, Coordinadora del Plan Nacional de Lectura, y Fernando Ariel López, Director de la Biblioteca Nacional de Maestros, ambos en Argentina. 

Entre los distintos temas que abordamos estuvo el de la lectura en pantalla. Natalia Porta nos cuestionaba cómo presentar en pantalla los libros sin todos estos adornos innecesarios de tal modo que conserve lo más posible o se parezca lo más posible al acto de la lectura. 

No espero que exista una respuesta de cómo deber ser la lectura en pantalla, considero que hay historias que no requieren ir más allá de la emulación del libro impreso, así como historias que pueden aprovechar todo el potencial de una pantalla. De igual manera, creo que son tan necesarios e importantes los textos planos, como las propuestas que aprovechen y exploten todas las posibilidades de las pantallas. Lo importante en ambos casos es no adornar por adornar, y aprovechar las posibilidades de la pantalla o del impreso de tal forma que realmente aporte y le de sentido a la historia. 

En este sentido, considero que Girondo Dice es un buen ejemplo de lo que apunta Natalia. Una propuesta en pantalla que da a conocer la obra de Oliverio Girondo interactuando con el lector.

Aunque no es el único. Veámos estos otros ejemplos.

Algunos ejemplos para repensar la lectura en pantalla

Los videojuegos son otro gran ejemplo para analizar y repensar la lectura en pantalla. Mystery House, el primer videojuego para Apple –vio la luz en 1980– que utilizó Interactive Fiction (Aventura conversacional), es decir, la situación se describe en texto y el jugador debe teclear la situación a realizar. Mystery House fue además el primer videojuego en utilizar gráficos. 

Lectura en pantalla más allá de la emulación del libro impreso
Mystery House
Imagen vía Wikipedia

Con los 40 años que nos separan de este primer videojuego, a primera vista luce bastante simple frente a los videojuegos que existen en la actualidad; sin embargo, en aquel 1980 resultó innovador y hoy en día sigue dándonos una buena muestra de lectura en pantalla con gráficos, con narrativa y con interacción del usuario. De hecho, su legado ha sido tan importante que en 2009 se lanzaron las versiones para dispositivos iOS

Es curioso que actualmente algunas apps de lectura han utilizado esta misma premisa y, en lugar de emular al libro impreso, emulan los servicios de mensajería tan socorridos en estos tiempos. Servicios en los que por cierto también se lee y se lee mucho no sólo a través de mensajes, memes y gifs animados, sino también a través de los distintos boletines y listas de discusión. Entre estas apps de lectura encontramos Leemur y Hook, de las que ya hablé en este blog.

En el camino encontramos otras apps que también pueden servir como ejemplo de lectura en pantalla. Crímenes ilustrados analiza distintas escenas del crímen y a través de distintas pistas el usuario puede descubrir al asesino. 

emulación del libro impreso

Por otro lado, encontramos Dear Reader una app que presenta 88 clásicos literarios en una especie de rompecabezas donde el usuario tiene que ir organizando el texto. Y aunque en lo personal, encuentro más atractivo Girondo Dice para dar a conocer la obra de un autor, Dear Reader ha estado el Top 5 de la App Store. 

Lectura en pantalla más allá de la emulación del libro impreso
Imagen vía App Store

Conclusión

Como les comentaba, sería un error limitar nuestra concepción de la lectura en pantalla, un deber ser que funcione para todas las historias y todos los lectores. Los ejemplos que menciono, sin embargo, son buenas premisas para reflexionar la lectura en pantalla más allá de la emulación del libro impreso.

Para los que decidan que sus historias no requieren enriquecimiento, la edición también juega un gran papel, así que no es cosa menor publicar un libro electrónico sólo con texto. En ambos casos, el editor y desarrollador, deben tener presente que la historia es la que importa y los agregados deben de aportar a la misma. 

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