Encuesta sobre la experiencia del uso del libro electrónico entre estudiantes universitarios

La Encuesta sobre la experiencia del uso del libro electrónico entre estudiantes universitarios realizada por Library Journal y publicada recientemente buscó obtener información sobre la experiencia del uso del libro electrónico en bibliotecas académicas por primera vez desde el punto de vista del usuario final y no del bibliotecario, como se ha venido haciendo en estos 10 años.

Entre los resultados más destacados de esta encuesta se encuentran los siguientes:

Quizá uno de los puntos más destacados es el relacionado con las restricciones que presenta el uso de libros electrónicos, sin duda, uno de los principales desafíos que enfrentan las bibliotecas al momento de ofrecer libros electrónicos. Tal como lo mencionan en el informe, sorpresivamente sólo 3% de los encuestados siempre se frustran frente a las restricciones de uso.

Pero más allá de las restricciones de uso, está el formato del ebook donde sorpresivamente (y no en una forma grata) encontramos que el PDF sigue siendo el formato más utilizado para el libro electrónico académico con 9 de cada 10 estudiantes, lo que representa el 90% de los encuestados; el 50% utilizan el formato HTML que implica una lectura en línea, sólo el 19% utiliza el formato ePUB (el formato estándar para el libro electrónico) y por último, el 16% el Mobi (para dispositivos y apps Kindle).

Pero, ¿por qué prefieren utilizar más el PDF? En este punto los bibliotecarios debemos prestar especial atención pues, de manera muy sorprendente una de las principales respuestas es “es fácil de navegar“, cuando el PDF no es un formato de libro electrónico y la facilidad de navegación es lo último que lo caracteriza. Otro motivo para preferir el PDF que me parece más razonable es “…porque son más fáciles de buscar y citar“, lo anterior tomando en cuenta que en un PDF se puede conocer el número de páginas o se parecen más al formato impreso, lo cual les daría cierta credibilidad en la investigación, aunque eso también es discutible. También porque es un documento que es más fácil de imprimir, y sí, aquí damos en el clavo de la existencia del PDF, un archivo previo a la impresión de un libro y no un archivo apto para la lectura.

Algunos de los otros motivos enunciados para preferir el PDF son realmente característicos de formatos estandar de lectura en pantalla como es el ePUB: sincronización, se puede resaltar, se puede abrir en la mayoría de dispositivos, se puede comenzar a leer en un dispositivo y continuarlo en otro. Sin duda, el tema del archivo daría para un estudio completo sobre la experiencia y sobre el conocimiento de formatos más adecuados para las pantallas.

¿Y dónde consiguen los libros electrónicos los estudiantes universitarios? De nuevo, sorpresivamente y no en una forma grata, las bibliotecas no son la principal fuente para leer libros electrónicos, sino empresas comerciales: Amazon con el 73%, Google Books con el 41% y Apple iBooks con el 27%. Las bibliotecas sólo aparecen a partir del quinto sitio como fuente para la obtención de libros electrónicos con servicios como EBSCO ebooks 20%, Proquest 16%, OverDrive (7%) y Springer Link (4%).

En este punto no deja de resultarme curioso que a principio de 2018 OverDrive anunció un registro de 227 millones de préstamos de libros electrónicos durante 2017, no olvidemos sin embargo, que estos préstamos se realizan en su mayoría en bibliotecas públicas. Me pregunto qué pasaría si las bibliotecas académicas se dieran a la tarea promover mejor su oferta de libros electrónicos. Seguramente lograrían que se revirtiera el lugar al que los estudiantes universitarios acuden en primera instancia para obtener libros electrónicos.

Otra sorpresa es el dispositivo utilizado para obtener la información: 74% utiliza una laptop –lo cual quizá explicaría ese 50% que lee en formato HTML–, seguido del 21% que utiliza un teléfono inteligente, sólo 5% utiliza una computadora de escritorio y 4% utiliza una tablet.

Las bases de datos de las bibliotecas son la fuente más utilizada para obtener información (24% siempre usan este servicio), sin embargo, Google es la herramienta de búsqueda más utilizada (50% utiliza siempre este servicio).

El uso del ebook en las bibliotecas universitarias se ha ido incrementando de a poco: 52% de los encuestados señalan que en el último año han utilizado más los libros electrónicos. Pero, ¿cuáles son las principales razones de este incremento en el uso? Algunas de las razones enunciadas que más llaman mi atención son la conveniencia, más baratos y accesibles que los libros impresos (eso sin tomar en cuenta los libros que se pueden tomar en préstamo en las bibliotecas), la tecnología ya es más avanzada, mayor disponibilidad, es más sencillo buscar palabras clave.

Por el otro lado, ¿cuáles serían los principales motivos por los que 13% de los encuestados respondieron que está usando menos libros electrónicos? Yo esperaría que los principales motivos se relacionaran con las restricciones de uso, los DRM o con la oferta de contenidos especializados; sin embargo, entre los motivos para usar menos libros electrónicos se encuentran nociones absurdas relacionadas con el tacto de los libros, les gusta tener libros físicos o les gusta más el formato impreso es menos efectivo –aunque no mencionan en qué es menos efectivo–.

Aunque hay otros aspectos que se mencionan en este informe y que convendrá revisar con calma, ya para finalizar, es importante hacer notar que este documento refleja dos cosas que no podemos pasar por alto:

• El uso del libro electrónico es muy distinto entre los estudiantes universitarios y otros lectores, por ejemplo, el de biblioteca pública o el lector infantil.
• Es un documento que sirve como llamado de atención ya que, en muchas ocasiones –diría que la gran mayoría– los bibliotecarios estamos muy alejados del usuario real y planificamos colecciones atendiendo teorías sin prestar atención a las necesidades de la comunidad. Lo cual sin duda, es un obstáculo importante en la experiencia del uso del libro electrónico o de cualquier otro producto o servicio de la biblioteca.