¿Están muertos los ereaders?

¿Están muertos los ereaders?En 1971, cuando se presentó el primer libro electrónico, Michael Stern Hart, su creador, quizá no imagino que esto cimbraría los pilares de la industria del libro. Tendrían que pasar algunas décadas para que el libro electrónico pudiera alcanzar fama y “aceptación”, en la década de los 90s del siglo pasado surgieron los primeros dispositivos de lectura dedicados (conocidos como ereaders); pero sería hasta el 19 de noviembre de 2007 con el lanzamiento del primer Kindle que la lectura en pantalla y los libros electrónicos vivirían un auge sin precedentes en el que no sólo la oferta de libros electrónicos fue creciendo, la oferta de ereaders también era cosa de todos los días y, más tarde, con la llegada de teléfonos inteligentes y tabletas, la lectura en pantalla se afianzó.

Algunos, sin embargo, aseguraban y siguen asegurando que los ereaders nacieron obsoletos y que los dispositivos multitarea (principalmente teléfonos inteligentes) han ido quitando terreno al ereader. En esta idea de emular la lectura en papel, se pasaba por alto el potencial que las pantallas representaban para la experiencia lectora. A pesar de ello, en el camino hemos visto como la lectura en pantalla ha ido integrando tecnologías que enriquecen la experiencia lectora, por ejemplo, los libros interactivos y la gamificación en la lectura fueron los primeros intentos y, más recientemente, libros con realidad aumentada.

Lo anterior es a grandes rasgos y de forma muy somera lo que ha ocurrido con el mundo de la lectura en pantalla; sin embargo, es notoria la oferta cada vez menor de ereaders, por lo que quizá valga preguntarnos ¿están muertos los ereaders?

Esta misma pregunta se la plantea Marshall Honorof en un artículo publicado hace algunos meses en Tom’s Guide y que no pierde relevancia. Quizá debamos a los dispositivos multipropósico (especialmente smartphones y tabletas) el auge de la lectura en pantalla, pero esto significa necesariamente que entre los lectores ya no hay cabida para un dispositivo de lectura dedicado. Aunque resulta un tanto arriesgado a dar una respuesta afirmativa, el comportamiento tanto de empresas que fabrican estos dispositivos, como de los usuarios nos hace pensar que los ereaders  quizá si no muertos, al menos sí agonizando o, por lo menos, viviendo una crisis.

En el artículo de Tom’s Guide se habla de la escasez de lectores, lo que da como resultado menos libros leídos: un cuarto de la población adulta en Estados Unidos no leyó libros en 2016. Sin embargo, el problema no parece radicar ahí, de ser así la oferta de libros electrónicos también iría a la baja y esto no está sucediendo. 

Como lo comentaba, me parece arriesgado afirmar que ya están muertos los ereaders porque, si bien muchas compañías han claudicado en su intento por seguir fabricando y vendiendo estos dispositivos dedicados, Amazon sigue lanzando nuevas versiones, el más reciente es el Kindle Oasis 2ª generación, lanzado en octubre de 2017. Por cierto, que aunque Amazon no sea muy dado a dar cuentas de sus ventas, sólo en 2009 se estimaba que más de 3 millones de Kindles se habían vendido hasta ese momento, aunque otras fuentes como James McQuivey de Forrester Research hablaba de cerca de 4 millones a mediados de 2010 o incluso 10.1 millones de Kindles en ese mismo periodo, para 2011 las ventas alcanzaron 23.2 millones de dispositivos. 

A pesar de estos numeros tan promisorios, el Kindle vivió un declive en 2012 y para 2016 la venta de dispositivos Kindle sólo llegaba a los 7.1 millones ¿Estos números serán suficientes para que la compañía siga apostándole a los ereades? ¿estos números serán suficientes para matar a los ereaders?

Y lo cierto es que Amazon no es el único que sigue apostando a los dispositivos de lectura dedicados, Barnes & Noble es otro que también el año pasado lanzó un nuevo Nook. 

Entonces, ¿qué ocurre, se trata de que hay pocos lectores o de que en realidad estos dispositivos nacieron obsoletos? ¿los lectores que quieren dedicarse a su lectura sin ningún tipo de distracción serán suficientes para mantener al mercado del ereader? O, cómo también se menciona en el artículo de Tom’s Guide: los fabricantes de ereaders han hecho su trabajo tan bien que pueden durar por años sin necesidad de cambio, porque lo cierto es que mucha innovación no ha habido: descargar el libro directo en el dispositivo con conexión wifi, más duración de la batería, pantallas táctiles de mayor resolución y con luz integrada; todo eso está muy bien pero la esencia sigue siendo emular al papel. Aunque quizá lo que esté sucediendo realmente es que los usuarios no sólo no están adquiriendo nuevos dispositivos, sino que también se están deshaciendo de los viejos

Si bien es cierto que es muy difícil responder a la pregunta están muertos los ereaders en un sentido o en otro, es claro que la “multitarea” o “multifunción” de otros dispositivos se ha convertido en una dura competencia para los ereaders. Los dispositivos en los que se puede hacer todo han sido un gran punto de apoyo para afianzar el mercado del libro electrónico y el del audiolibro, pero no podemos negar que también han sido un gran obstáculo para el éxito y quizá permanencia de los dispositivos de lectura dedicados.

Lo anterior me lleva, y en cierto sentido también lleva al autor del artículo, a pensar si la gente realmente está leyendo, aunque hemos de aceptar que esto no sólo involucra a los libros electrónicos, sino a los libros impresos. El autor del artículo cree que la gente lee cada vez menos; en este punto, sin embargo, me parece que estamos viviendo una época en la que se lee más que nunca, sólo que lo que entendemos por lectura ya no encaja en estas formas de lectura que nos permiten todos estos dispositivos. 

A pesar de ello, considero también que la multifunción quizá está afectando la compra de dispositivos dedicados, pues la gente quiere un dispositivo donde tenga todo a la mano, incluida la lectura y en eso ganan los smartphones y tabletas; pero la multifunción no afecta en el acto de lectura misma; no es gratuito el desarrollo de tantas aplicaciones de lectura para estos dispositivos, incluido las Kindle app para distintos dispositivos. 

Si bien es cierto que no están teniendo su mejor momento, tampoco podemos afirmar que están muriendo los ereaders. En lo personal insisto en que al ser un dispositivo dedicado exclusivamente a la lectura hace que tenga una dura competencia frente a dispositivos que permiten hacer más cosas además de la lectura. Pero, insisto, eso no sé si sea suficiente motivo para darlos por muertos; quizá estén destinados a cubrir un nicho (como ocurre con el disco de acetato o incluso con la fotografía de film) y por ello Amazon o Barnes & Noble siguen apostándole a esta tecnología. 

2 Responses to “¿Están muertos los ereaders?”
  1. Rocío Montserrat Fleitas junio 5, 2018
    • Veronica Juárez junio 5, 2018

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