No es noticia nueva que los detractores del libro electrónico tengan como primer argumento el olor y el tacto del papel para defender al libro impreso, parece incluso que éstos son amantes del “libro-objeto” y no del libro-contenido, que importa más el empaque que lo que viene dentro, que es lo que realmente debería importar cuando se habla de libros ya sea impresos o electrónicos.
Sin embargo, como no es imposible dar gusto a todos y que todos estemos de acuerdo en lo que se espera del libro, sorprendentemente existen también los que se quejan de que el libro electrónico tiene aún mucho de libro impreso y que en la mayoría de los casos éste parece mucho más una copia electrónica del impreso, aún lo ven demasiado libro-objeto o demasiado versión PDF.
Quizá tengan algo de razón y este argumento no sea gratuito, la mayoría de los e-readers utilizan en sus pantallas tecnología eInk que emula el papel y cuyo beneficio radica en no cansar la vista y permitir la lectura en exteriores; además los desarrolladores se han empeñado en crear aplicaciones de lectura (para dispositivos no dedicados exclusivamente a la lectura como el caso de las tablets o los smartphones) donde los gestos emulan también al libro impreso, los ejemplos más común son el cambio de página y el doblez de la hoja que encontramos en aplicaciones como Kobo, Kindle, Stanza, etc.
Los detractores del libro electrónico que se parece mucho al libro impreso siempre han abogado por un libro enriquecido, es decir, ya que la tecnología y las pantallas lo permiten, ¿por qué seguir limitados a lecturas planas? ¿por qué no aderezarlos con audio, video, juegos y convertirlo en un libro que permita la interacción con el lector?
En el camino ya encontramos algunos ejemplos de “libros enriquecidos”. Alice for the iPad fue de los primeros y exitosos intentos para ofrecer este tipo de lectura; sin embargo no ha sido el único, también podemos mencionar la versión enriquecida para iPad de Caperucita Roja; un tercer ejemplo interesante es el de Sherlock Holmes que viene con su banda sonora, como si de una película se tratara y más recientemente encontramos la versión enriquecida para iPad de Frankenstein.
¿Es este el futuro que debemos esperar del libro electrónico? ¿todos los libros electrónicos serán enriquecidos dentro de algunos años o seguirán conviviendo con libros electrónicos muy parecidos a las versiones impresas?
No creo que el futuro del libro electrónico sea exclusivamente el libro enriquecido, dentro de algunos años considero que estaremos hablando de varios tipos de libros electrónicos para varios lectores, al igual que sucede hoy en día con el libro impreso. Aunque, a mi no se si me gusta el término “enriquecido” cuando hablamos de libros electrónicos, creo que el enriquecimiento lo debe dar el lector y la lectura que haga, independientemente del formato. Por otro lado, aunque este “enriquecimiento” se entiende por los extras que permiten los programas de computadora, recordemos que también es posible hablar de libros enriquecidos en formato impreso: los libros al estilo juegos de rol como Dungeons and Dragons y los libros pop-up son claros ejemplos de que la lectura enriquecida se puede dar en cualquier formato.
Coincido con tus ideas, pienso que los nuevos cambios pasarán a poder ampliar las clasificaciones de libros: e-books, vooks, novelas con realidad aumentada, etc. Y que éstos convivirán al menos por un buen tiempo, no sé si indefinidamente. Saludos
Hola.
Pues no creo que sea el amor a los libros un sentido de amor-objeto, va más allá, es un sentido de pertenencia, sentir al libro relacionado con aprendizaje cognitivo que obtenemos por medio de su contenido, nosotros somos sentidos, si nos enfrentamos a libro electrónico , que se lee por medio de una tableta que a lo mejor con el paso del tiempo se calienta produce calor, en lo personal sólo tengo notebook, puede llegar a ser molesto, por otro lado para los que no vemos bien el moviento del texto a lo largo llega a ser tambien molesto, y también los ojos se irritan, y la luz que se refleja no suele ser agradable sería cuestión de probar a leer un libro como el Quijote en soporte electrónico, usted ya lo ha esperimentado?
Hola Margarita
Gracias por tu comentario, si soy honesta el Quijote no lo he leído ni en impreso; pero te aseguro que he leído novelas extensas tanto en iPad como en iPod, asimismo, sigo leyendo en papel. No defiendo uno u otro formato, creo que ambos tienen sus ventajas y ahí es cuando comento que el libro debe importar en función de lo que nos ofrecen y no del paquete.
Hola Verónica,
en mi opinión, ambos formatos van a compartir muchos años juntos, pero “no pegados”.
Recuerdo las primeras dudas que surgieron cuando apareció el libro electrónico, sobre si haría desaparecer el libro en papel, y casi todo el mundo le pronosticaba a este último un corto futuro.
El tiempo ha demostrado que no ha sido así.
Es verdad que a los nuevos formatos les queda todavía mucho camino por recorrer para igualar las ventajas del papel (¡ojo!, y no estoy hablando de las posibilidades técnicas como el interactuar etc…, porque eso sería más un ordenador al uso que no un e-reader), entre las que incluyo lo comentado por Margarita, pero mi comentario va en el sentido de que, conforme con tu opinión de que TAMBIÉN es importante el contenido, TAMBIÉN lo es el formato, del mismo modo que el desarrollo de la imaginación y la autoformación libre.
En este sentido, lo que veo con el desarrollo de estas nuevas tecnologías y con el tanto “facilitar” o “hacer bonito” o “enriquecido” el hecho de leer, es que se priva de la posibilidad del desarrollo de la imaginación, e.d., nos lo dan todo demasiado hecho (incluyendo la música y efectos especiales ¡Dios mío!). Lo cual me disgusta por la falsa creencia imperante actualmente, comercial por otro lado, de que es mejor, más cómodo, más fácil,… Nos lo dan todo hecho, repito, privándonos de nuestro desarrollo personal propio.
¡Cuántas obras no habré leído imaginándome yo mismo los personajes, sus gestos, sus tonos, etc…, diferentes a los que otro lector de la misma obra, ¡seguro! podría tener!
A eso se le llama también riqueza intrínseca, algo que no veo en los libros elctrónicos.
¡Demasiada unificación, demasiada globalización…, ¿no crees?
Un saludo.
Jorge, los libros infantiles con ilustraciones que “recortan la imaginación o animados” han existido desde el papel… ¿tuviste alguno? yo tuve muchos, ergo no se priva ningún desarrollo de la imaginación.
Música y efectos especiales… ¿el cine destruye la imaginación?… siguiente argumento.
Los libros de niños se han valido hasta de sonidos, sí, Fisher Price tiene algunos desde hace algunas décadas (los animales de la granja, por ejemplo).
Los ebooks tradicionales, es decir con contenido de texto, siguen siendo de esa forma si así lo desean sus autores y hay muchos títulos actualmente (la mayoría).
¿globalización?… García Márquez ha sido traducido a más de 24 idiomas en sus versiones de papel… ¿le hará daño cada idioma nuevo?… lo dudo.
Utilizar referencias diversas como imagen, sonido y “efectos especiales” nunca ha demeritado la educación, de otra forma no existiría una gran cantidad de materiales didácticos increíblemente bien hechos como los de Dorling Kindersley.
CyberGus, tu propio alias lo dice todo acerca de tu apuesta por las nuevas tecnologías, ergo considero inútil cualquier intento de convencerte de lo contrario, algo, además, muy alejado de mi intención, que no ha sido otra que dar mi opinión en base a mi experiencia y mis conocimientos del tema.
Desde bien pequeño, y aún ahora, he vivido rodeado de libros, afortunadamente no he tenido ninguno que me “recortara la imaginación o animados” como, al parecer, por desgracia, dices tú que has tenido muchos.
La verdad es que lo lamento por tí, en serio, porque en tu escrito se puede apreciar el daño que te han hecho.
En cuanto a tus argumentos, no son válidos para mí, en base a:
“Música y efectos especiales… ¿el cine destruye la imaginación?… siguiente argumento”: ¡Vaya, no sabia yo que un libro era comparable a un cine! ¿O acaso la idea de un e-reader es convertir en películas las obras literarias? Por otro lado, ¿cuántas opiniones no habrás oído acerca de una película que prefieren, por mejor, la versión impresa? ¿Acaso has visto alguna vez una película que sea fiel reflejo de una obra impresa? ¡Tú mismo!
“Los libros de niños se han valido hasta de sonidos, sí, Fisher Price tiene algunos desde hace algunas décadas (los animales de la granja, por ejemplo)”: ¡No me digas!, ¡ahí va, de qué cosas se entera uno a estas alturas de su vida! Cierto es que existen esos recursos, pero no deja de ser triste que un niño tenga que acudir a esto, simplemente porque nunca ha visto una vaca mugir, v.gr. o, dado el caso y ante mi pregunta, en mi trabajo, acerca de si sabe de dónde viene la leche responda: -“del supermercado”. ¿Lo captas?
“Los ebooks tradicionales, es decir con contenido de texto, siguen siendo de esa forma si así lo desean sus autores y hay muchos títulos actualmente (la mayoría)”: Haces bien en distinguir los e-books con contenidos de texto de los que necesitan imágenes, ya que si los unes te darás cuenta de que los de formato electrónico no son tantos. ¡Sabia separación, sí señor!
En cuanto a la voluntad de sus autores…, ¡hasta ahí podríamos llegar!, ¡claro que sí, por supuesto, no te digo que no!, no le voy a negar a un autor la posibilidad de difundir su obra y de poder vivir de ello, pero te recuerdo que en España, al menos, el autor recibe mucho menos dinero por su obra en e-book que en papel y que los impuestos para la edición de libro electrónico son mayores que para los de papel. ¡Inexplicable pero cierto!
“¿globalización?… García Márquez ha sido traducido a más de 24 idiomas en sus versiones de papel… ¿le hará daño cada idioma nuevo?… lo dudo”: ¿Acaso he nombrado para algo la traducción? ¡Me asombras! Menos mal que coincidimos, al menos en algo. Pero no confundas churras con merinas. Al quejarme de la globalización lo hago por tratarse ésta de una tendencia que lleva a imponer y depender de unas condiciones integradas y únicas respecto de la comunicación e información, de la economía, del pensamiento… y si eso tú lo consideras válido, ¡pues chico!, lo lamento de veras, ya que has eliminado el criterio y te decantas por el pensamiento único…, y eso me suena muy mal, porque me trae malos recuerdos a lo largo de la historia.
“Utilizar referencias diversas como imagen, sonido y “efectos especiales” nunca ha demeritado la educación, de otra forma no existiría una gran cantidad de materiales didácticos increíblemente bien hechos como los de Dorling Kindersley”: No, si no te digo que estén mal hechos, pero al igual que una hamburguesa McDonald o Burguer King, si la prefieres, está de vicio y la consumen millones de personas, no por ello quiere decir que sea sano y lo mejor que exista en este mundo.
Y para finalizar, te regalo un frase de Saramago: “Hagan lo que hagan el Internet y la computadora no hay nada en el mundo que pueda sustituir al libro. ¿Por qué? Porque sobre la página de un libro se puede llorar, pero no se puede llorar sobre el disco duro de la computadora”.
Realmente se puede hacer, pero es altamente no recomendable.
¿Te queda claro?
Mis ejemplos como el cine, era para hablar de esos medios que suponen hacen daño a la imaginación, según tú, estos incluyen animación, audio y efectos especiales.
Queda claro, como lo has dejado ver, que tus experiencias y conocimientos del tema son limitados.
Evidentemente los ejemplos iban con sarcasmo, si vas a usar argumentos contra libros que utilizan multimedia para comunicar ideas, al menos asegúrate que sean buenos.
Brillante tu comparación la de McDonalds con Dorling Kindersley.
¡Quién es Jorge Villanueva que no me está sirviendo un café!!
Sí, te lo sirvo corto, corto 😉
¡Dale recuerdos a Terminator!
… y ten en cuenta, Abelardito, que dice bien poco de una persona el que usa del insulto en redes como Twitter, sin más razones.
Transcribo, http://twitter.com/#!/cybergus: (“¿Quién es ese cabrón que despotrica contra los ebooks que no me está sirviendo un café!?”), (“¿A qué nivel queda alguien que compara a McDonalds con Dorling Kindersley?”), para defender posturas que le son contrarias. Pero desde luego dice mucho de tu formación multimedia y de lo que entiendes por libertad de opinión.
Lo tuyo no es el libro de papel, ni tan siquiera el electrónico, sino la escritura en piedra.
Hola Jorge:
Me parece un error negar las ventajas de los libros interactivos, cuando se ha demostrado su utilidad en el desarrollo educativo y lector del niño.
Creo que sería absurdo dar un libro a un niño de 6 años donde impere el texto. Sus necesidades son otras y la forma en que éste llegue a la lectura se debe hacer de una manera atractiva, y lo atractivo no necesariamente mengua la imaginación. No es gratuito que existan editoriales especializadas en este sector ofreciendo materiales de calidad, enriquecidos, con imagenes y efectos visuales que atraen al lector, un lector que en la mayoría de los casos llega a la edad adulta con un hábito lector que puede disfrutar una novela repleta de letras y que disfruta a su vez, materiales más gráficos.
No es gratuito tampoco que hoy en día el libro electrónico esté atrayendo a más personas, guste o no, ha permitido que más personas se acerquen a la lectura, misma que, por cierto, no veo porqué ha de limitarse al papel y hablar de volúmenes para considerar lector a una persona.
Como lo menciono al final del párrafo, lecturas habrá tantas como lectores en este mundo, habrá convivencia de formatos tal como ocurre hoy en día con los libros impresos, donde es posible encontrar materiales literatura infantil, juvenil como las colecciones que hoy os ofrecen editoriales como SM, Alfaguara o el Fondo de Cultura Económica; literatura para adultos; libros interactivos, libros educativos tan interesantes y bien planificados como Dorling Kindersley, mencionados arriba, editorial que por cierto lleva dando batalla desde 1974, supongo yo que algo están haciendo bien para haber durado casi 40 años en el mercado y sin ser acusados de atrofiar la imaginación de los pequeños.
Lo llevo pensando y diciendo durante muchos años y cuando se lo comento a alguien se quedan sin saber que decir.
Pues claro, si el libro es digital porque va a seguir atado a unas letras impresas en una pantalla. ¿Por qué no puede ser interactivo? ¿Por qué no puede sonar? ¿Incluir música?
¿Quieren que huela a libro? Pues se puede, hay generadores de olores. Pero yo voy más allá, ¿Por qué no emitir olores mientras leemos?
Con olores y sonidos la experiencia sería muchísimo más absorbente, más profunda.
Y no se llamará libro enriquecido, porque será un nuevo arte que desplazará, en parte y como así ha pasado a lo largo de la historia, al anterior.
Hola Iñaki, coincido contigo, creo además, y como lo comento en el último párrafo, que habrá tanta diversidad de libros y lecturas como lo existe hoy en día con el libro impreso. Quizá muchos se hayan quedado en la nostalgia del olor, pero muchos ya han olvidado libros pop-up o colecciones interactivas como las de Dorling Kindersley que menciona más arriba Abelardo, o como la serie de Dungeons and Dragons que yo misma mencionaba al final del post.
Al igual que tú, creo que si los programas lo permiten, porque no permitirle al lector una experiencia distinta, que no se puede, ni se quiere, no se debe comparar con el papel, ademá como experiencia no creo que sea mejor, simplemente distintia y algunos lectoras la valorarán más. Todo dependerá de la creatividad del autor, de la imaginación del lector y de la posibilidad de explotar las opciones.
Coincido con Jorge sobre que el formato también es importante porque sin duda es algo que uno puede disfrutar, si es creativo, bien hecho. Y comparto la preocupación de que lo enriquecido quite lugar a la imaginación. Aunque, como he dicho antes, pienso que convivirán distintos tipos de libros y cada uno tendrá su lugar. Pienso que aunque algunas películas son muy disfrutables no dejan mucho lugar a la imaginación es lo que la diferencia de los textos puros.
Con respecto a lo de la globalización es algo preocupante si se piensa que algunas ideas más que globalizadas podrían ser monopólicas.
El Dr. en Filosofía Nicholas Burbules dijo: “Una vez que se instala una tecnología, se utiliza con una notable multiplicidad de propósitos. Algunos resultarán beneficiosos, otros serán perjudiciales. Este es el gran dilema que la tecnología nos presenta”.
Hola Verónica,
contesto por alusión, no por intentar convencer de nada y tan sólo por dar mi opinión, nuevamente, tan respetable como la tuya.
No pretendas poner en mi comentario nada que no haya dicho.
Nunca se me ocurriría negar que el uso de las tecnologías puede aportar beneficios, y en este caso, en la tecnología aplicada a la información y a la comunicación y, como no podía ser de otra manera, en valorar su aplicación en diversos campos, por ejemplo el que estamos tratando, e.d., la edición de libros y su difusión por medios / formatos electrónicos.
En esto último no es mi intención ser un defensor a ultranza de un formato como en su día sucedió con el libro impreso vs. manucrito, papel vs. pergamino, etc. Sin embargo, sigo considerando que la edición de libros electrónicos todavía está muy verde como para igualar al de papel, por los argumentos expresados anteriormente y que no cabe repetir.
Pero he de expresarte lo siguiente:
Al parecer olvidas que para el desarrollo educativo y lector del niño, los libros interactivos no son los únicos que han demostrado su utilidad, ¡es más!, lo que realmente tiene una gran importancia en el proceso de desarrollo, e incluso de maduración, de los niños es la lectura, no tanto el formato, y que esto está muy vinculado incluso a su rendimiento escolar, ¿o acaso lo puedes negar?
Ésta, la lectura, es un vehículo para el aprendizaje, para el desarrollo de la inteligencia, para adquirir cultura y para educar la voluntad. Proporciona información, forma o educa ¡como prefieras!, creando hábitos de reflexión, de análisis, esfuerzo, concentración…, además de recrear, hacer gozar, entretener y distraer…., pero cuando te lo dan todo o buena parte hecho, no puedo por más que poner en duda buena parte de lo que dices son beneficios.
Supongo que cuando me hablas de libros interactivos no sólo te estás refiriendo a los electrónicos sino a otros en un formato más tradicional, digamos en forma de libro pero que incorporan sonidos, desplegables, etc. En este caso, conviene no liar la conversación y confundir términos ni formatos, porque, que yo sepa tu artículo, el que inició este pequeño intercambio de opiniones, se refiere a los e-readers. Al menos eso es lo que yo he entendido y de eso tratan los vídeos que has puesto.
Llegados a este punto sería interesante conocer tu opinión acerca de la importancia que siempre ha tenido el libro tradicional, en papel, en ese desarrollo educativo y lector del niño. ¿La ha tenido o no para ti?, ¿la sigue teniendo?
También puedo decirte que, gracias a Dios, contamos con la electricidad, sin ella dudo que el libro electrónico pueda llegar a zonas en donde éste es un bien escaso y cumplir su función, democráticamente hablando, de acceso a la cultura y la formación.
Por otro lado, no entiendo el por qué nos estamos centrando tanto en la utilidad para el niño, cierta por otro lado, cuando el hecho de leer, de adquirir conocimiento, disfrutar,… trasciende el marco de la edad y te recuerdo, además, que muchas generaciones de lectores ha habido y hay que se han formado sin la existencia del libro electrónico y que el lector que se anima al cambio de formato, casi con total seguridad ya lo era y es del formato en papel.
Además, si recuerdas mi primer escrito, podrás ver que indico también las materias que todavía están por desarrollar en el e-reader, basado éste, prácticamente, en las obras de creación (novela, teatro, poesía, ensayo…).
El uso de otros dispositivos para suplir esas deficiencias vendría, de momento, por parte de los Tablets, pero sus funciones trascienden las de un mero e-reader, además del cansancio que produce su lectura debido a características en la pantalla todavía no solucionadas, tales como el brillo.
Si me hablas de que lo importante no es el formato sino la información, podemos estar de acuerdo, ya que valoro en mucho lo que Internet, por ejemplo, puede aportar. Pero ese es otro tema y no tiene nada que ver con lo que estamos tratando.
Lo que tú indicas al final del párrafo, lo indico yo al principio: “ambos formatos van a compartir muchos años juntos, pero “no pegados”, pero te rogaría no mezclaras información para evitar confusión. Efectivamente, la editorial Dorling Kindersley funciona desde 1974, año de su fundación, pero que yo sepa no fue hasta 1990 cuando publicó sus primeros vídeos educativos y CD-ROMs, o sea, que no han sido 40 años en el sentido que tú pretendes dar. Además, fue más por intentar frenar su caída en ventas y a la competencia de páginas web, más que un interés puramente altruista, por lo que DK anda liada desde el año 2000 en esto de las nuevas tecnologías.
Pero eso ya son cuestiones económicas, comerciales, que ni nos van ni nos vienen.
No me gusta nada la idea, no porque sea amante del libro-objeto, sino porque a mí lo que me interesa es el texto y ya está, para mí un libro es eso, texto (y me da igual que sea en papel o pantall). Si quiero combinar texto con imagen, vídeo, música e interactuación pues me pongo un videojuego, que creo que para eso están. En realidad bien mirado estas aplicaciones pretenden convertir los libros en videojuegos, lo que no es nada nuevo.
Caius InterneTitus ya lo dijo: “Internet volant, scripta manent”.