Los libros electrónicos y la privacidad

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Ya en otras ocasiones les he mencionado que una de las grandes ventajas de la lectura en pantalla es la posibilidad de hacerla más social, ¿qué significa esto? que a través de una pantalla y con conexión a internet podemos compartir, reseñar, calificar, discutir y permitir que nuestros amigos y contactos conozcan lo que estamos leyendo y las reflexiones que nos dejan las distintas lecturas. No es que antes de la llegada del libro electrónico no existiera una lectura social, desde luego que en otros tiempos se organizaban talleres literarios, libro clubs e incluso diferentes autores se escribían cartas; sin embargo, el libro electrónico y las pantallas nos permiten socializar a un mayor número de contactos y amigos nuestras lecturas. Como todo en la vida, siempre existe un “pero”, en el caso de los libros electrónicos este pero se llama nuestra privacidad, aunque mucho se ha discutido sobre el tema quizá algunos de nosotros no nos queda plenamente claro la relación entre los libros electrónicos y la privacidad.

Cuando hablamos de libros electrónicos y privacidad nosreferimos a los datos que le proporcionamos a los  dispositivos y aplicaciones que utilizamos para leer a través de una pantalla, por ejemplo, si yo tengo una aplicación Kindle o un Kindle, le estoy permitiendo a Amazon que conozca no sólo mi correo y mi cuenta bancaria, también le estoy dando acceso a los libros que leo, las anotaciones que hago, los pasajes que subrayo y/o comparto a través de las redes sociales, sobre qué temas leo, cuántos libros leo en un año, si me gustó o no el libro, si lo abandoné a mitad de la lectura, las anotaciones que tomo, lo que comenté en mis redes sociales sobre el mismo, si lo recomendé o no y un amplio etcétera que a cualquiera dejaría helado.

A cambio de esto, ¿qué recibo? no mucho más allá de la posibilidad de poder compartir mis lecturas en redes sociales y que me saturen de recomendaciones literarias con una supuesta base en mis hábitos lectores. Sin embargo, ¿realmente cómo podría utilizar una empresa como Amazon, Kobo o Apple toda esta información? En el mejor de los casos y como ya lo mencioné, crear un perfil de lector para que nos recomienden lecturas; en el peor de los casos (y aunque lo nieguen) vender nuestra información a otras empresas y/o gobiernos. Quizá después de lo que compartimos en otras redes sociales como FB o Tw esto podría parecer pecata minuta, pero hacer un perfil de lector da tanta información tan útil a cualquiera.

Otro problema con la privacidad es que las empresas además de “meter las narices” en nuestras bibliotecas virtuales y comportamiento lector, también puede, si así lo quiere, entrar en nuestros dispositivos y cambiar o retirar libros a su voluntad; esto de hecho ya ha ocurrido con Amazon y el icónico 1984 de George Orwell.

Conviene entonces preguntarnos, ¿vale la pena todo lo que damos a cambio de poder compartir y leer a través de una  pantalla? seguramente no y por ello, desde 2009 la Electronic Frontier Foundation registra las políticas de privacidad de las librerías electrónicas más importantes a nivel mundial entre las que se incluyen Amazon, Barnes & Noble, Kobo, Google eBooks, Sony, Overdrive, Adove Content Server entre otros. Entre las políticas de privacidad estudiadas se encuentran las siguientes:

  • ¿Mantienen registro de la búsqueda de libros?
  • ¿Pueden monitorear lo que estás leyendo una vez que se ha adquirido el libro?
  • ¿Cuál es la compatibilidad entre el dispositivo de lectura utilizado con los libros que nos se adquieren directamente en la librería que distribuye el dispositivo?
  • ¿Con quién se comparte esta información?
  • ¿Cuentan con mecanismos para que el usuario acceda, corrija o borre su información?
  • ¿Pueden compartir a terceros la información del usuario sin su autorización?

A continuación el cuadro resultado del registro realizado en 2012 y donde vemos como algunas empresas quedan muy mal paradas al momento de asegurar nuestra privacidad. Recomiendo ampliamente analizar el cuadro, pero nunca está de más tomar nuestra privacidad en nuestras manos y estar conscientes de nuestros derechos como lectores, de que nadie debe utilizar nuestra información sin nuestro consentimiento o, en su defecto, sin nuestro conocimiento; siempre conviene leer los términos del servicio y analizar muy detenidamente cómo compartimos nuestras lecturas y lo que se puede hacer con nuestra información, también vale la pena ingresar a nuestros dispositivos y apagar algunas configuraciones que le dan a las empresas más información de la que nos gusta.

E-Reader-Privacy-Chart-2012-Edition-Electronic-Frontier-FoundationVisto en: Ebook Friendly.

 

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