Política de devolución de audiolibros de Audible: injusta con los autores

devolución de audiolibros

Una de las características que siempre he encontrado particularmente atractiva de Audible, es la política de devolución de audiolibros que permite al usuario regresar o cambiar un audiolibro por otro cuando el primero no es del agrado del usuario, cuando tiene problemas con el audio, cuando no le gusta el tipo de marración, cuando intercambió su crédito por error, pensó que estaba adquiriendo un libro físico (usuarios algo despistados, diría yo), o por cualquier otra razón.

Hace mucho no accedía a Audible, así que si no recuerdo mal, anteriormente los usuarios tenían un periodo de 3 meses para poder intercambiar el audiolibro. Sin embargo, recientemente me entero que en la actualidad los usuarios de Audible Premium contamos con 365 días para poder cambiar el audiolibro cuando este no cumplió sus expectativas. 

Hasta aquí todos los usuarios podríamos ser los más contentos con la política de devolución o intercambio de audiolibros, de hecho, en más de una ocasión he querido devolver un libro físico, electrónico o audiolibro por la pésima edición y, en menor medida, por el contenido. Sin embargo, esta política de devolución de audiolibros no ha resultado nada justa para todos los involucrados. En particular perjudica a los autores independientes y a los narradores, pues cuando el usuario devuelve o intercambia un audiolibro, Audible deduce esas devoluciones y cambios de las regalías de los autores y de los narradores. De hecho, están reportando pérdidas de entre el 15% y el 50% o más. 

Aunque originalmente esta política de devolución de audiolibros de Audible era efectiva durante los 365 días posteriores a la adquisición del audiolibro; en las negociaciones que las asociaciones de autores han tenido con Audible, se logro que dicha política de devolución de audiolibros –que entrará en vigor el 1 de enero de 2021– cambiara a los primeros 7 días posteriores a la adquisición. 

Otro problema para los autores y los narradores es que Audible no es transparente con los reportes de las deducciones y devoluciones de sus libros. Actualmente sólo pueden ver las cantidades netas, por lo que están exigiendo que Audible muestre en los reportes los audiolibros que los usuarios adquirieron utilizando el crédito mensual de su membresía (AL), los audiolibros que compraron sin utilizar su crédito (ALOP) y los audiolibros que adquirieron los usuarios que no cuentan con una membresía (ALC).

En una carta de protesta –que actualmente cuenta con más de 12 mil firmas– de la Authors Guild y otras organizaciones de escritores en Estados Unidos, Reino Unido, así como un amplio número de organizaciones internacionales, argumentan que 7 días es un periodo más que suficiente para que el usuario lea completo un audiolibro (incluso aquellos libros extensos de más de 10 horas, por poner un ejemplo). Lo que implicaría que no necesariamente el libro tuviera problemas de edición o contenido. Por lo anterior, sería muy injusto deducir las ganancias del autor y del narrador.

De hecho, la carta menciona que esta política de devolución de audiolibros de Audible no tiene precedentes entre los minoristas de medios digitales  (aunque recordemos que Audible no es precisamente un minorista) y que las ganancias de un escritor deberían deducirse sólo en aquellos casos en los que el usuario haya devuelto el audiolibro en un lapso no mayor a 48 horas después de su adquisión y cuando cuando no haya leído el libro en su totalidad. 

Como ya lo mencionaba párrafos arriba, en más de una ocasión he querido que me devuelvan el dinero que inverti en un libro cuya edición resultó mala o el contenido era pésimo, estoy segura que no soy la única lectora a la que le ha ocurrido. Considero que el lector debe contar con este derecho; sin embargo, he de admitir que resulta arriesgado y poco justo para el autor y el narrador pensar en devoluciones debidas al contenido. Quizá una práctica justa para autores, narradores y también lectores radique en centrarnos en la calidad de la edición (del texto o del audio): con saltos o repeticiones de frases, cortes, malas lecturas y tantos otros errores que en lo particular he encontrado en varios audiolibros y que dan cuenta de una edición descuidada y hecha con prisas. 

Esperemos esta carta que será enviada a Bob Carrigan, CEO de Audible, encuentre “oídos abiertos” y no más prácticas injustas por las que se ha caracterizado Amazon y, en este caso específico, Audible, como es el caso de el programa de subtítulos de Audible, por mencionar un ejemplo.

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