Ya desde hace un año se veía venir y, de hecho, es una idea que se ha venido tocando en este blog: la percepción de que el rápido crecimiento de las tablets afectaría directamente al desarrollo del e-reader (dispositivo de lectura dedicado), se está volviendo cada vez más una realidad o, al menos, eso se puede inferir de los números que nos dicen que las tabletas ganan terreno, mientras que la producción y venta de e-readers es cada vez menor; eso sin olvidar que algunos siempre han considerado al e-reader como un dispositivo que nació siendo obsoleto.
¿Qué oportunidades tiene un dispositivo dedicado exclusivamente a la lectura, frente a un entretenido dispositivo multipropósito en el que además se puede leer?
No podemos negar que, frente a las curiosidades que nos ofrece una tablet, el e-reader queda bastante mal parado, de hecho, de acuerdo con el estudio Consumer Outlook on Tablets – Q4 2012 Edition, elaborado por CEA (Consumer Electronics Association), 31% de los estadounidenses posee una tablet y dos terceras partes de los que respondieron la encuesta “esperan comprar una tablet en el futuro“. De modo contrastante encontramos que del otro lado del juego, la compañía Taiwanesa eInk Holdings Inc., responsable de la tecnología eInk utilizado en la mayoría de las pantallas de los dispositivos de lectura dedicados (entre los que destacan los Kindle de Amazon), ha reportado pérdidas considerables y alarmantes durante el tercer trimestre de este 2012 y, de hecho, ya en enero de este año reportó que sus ingresos durante el 2011 fueron 63% menores comparados con el mismo periodo de 2010, año en que curiosamente se lanzó el primer iPad al mercado y con ello el boom de las tabletas.
Desafortunadamente, estos números no son los únicos, de acuerdo con el artículo Are eReaders doomed? how our tablet love affair is putting the eReader in Jeopardy, publicado en The Hufftington Post, existen otras empresas que también se están viendo en problemas con esta tecnología, por ejemplo, la japones Bridgestone Corp puso fin a su producción de e-paper y responsabilizando directamente al crecimiento de las tablets con pantallas de cristal líquido por la caída de sus precios. Qualcomm Inc., por su parte, informó en julio pasado que ahora sus esfuerzos se centrarían en el desarrollo de pantallas con tecnología Mirasol; mientras que la empresa británica Plastic Logic informó que había dejado de producir dispositivos de lectura dedicados.
Seguramente, al igual que nostálgicos del papel, habrá nostálgicos de la tecnología eInk y de los e-readers pero, ¿serán suficientes para mantener este mercado a flote? o simplemente, ¿es una idea apocaliptica y sin sentido la de la desaparición del e-reader? Otros datos proporcionados en el mismo artículo de The Hufftingon Post parecen dar al ereader una pequeña luz en un camino plagado de tablets, por ejemplo, la nueva generación de e-readers con pantallas de luz frontal que, a diferencia de los e-readers tradicionales, permiten la lectura en la oscuridad, tal es el caso del Nook Simple Touch with Glowlight o el Kindle Paper White, que han tenido gran aceptación entre los lectores.
Así que, ¿estos datos son suficientes para mantener al e-reader a flote? o ¿debemos hacer caso a los números que indican una caída inminente en la venta de e-readers? Cada vez son más los que opinan que tanto el eInk como el e-reader no llegaron para quedarse, sino para ser una tecnología de transición que ha marcado una pauta importante para la lectura en pantalla, consolidando un mercado y abriendo paso a otros dispositivos que no son otra cosa que diversas opciones para la lectura.