La lucha de las bibliotecas por ofrecer libros electrónicos

lucha de las bibliotecas por ofrecer libros electrónicos

Las bibliotecas son la base de una sociedad libre y educada. A pesar de que proporcionan a las editoriales ganancias anuales equivalentes a millones de dólares, cantidades incalculables de publicidad gratuita y que les ayudan a desarrollar su base de sus lectores; las editoriales castigan a las bibliotecas con condiciones injustas y punitivas en la compra y licenciamiento de libros digitales y audiolibros.

Con estas contundentes palabras concluye The E-Book Wars, State Legislation, and the Protection of Robust Library Collections, un paper publicado en junio pasado en Law Library Journal en el que se analiza cómo el creciente licenciamiento de acervos digitales está perjudicando a las bibliotecas en su papel de garantes del acceso a la información. 

De esta manera se revisan, no sólo el problema de que no se puede (o no se quiere) aplicar la Doctrina de la Primera Compra en los libros digitales y audiolibros; además se analizan los tres principales retos que las editoriales impone a las bibliotecas para que éstas logren proporcionar libros digitales y audiolibros a sus usuarias y usuarios:

  • Periodos de embargo, es decir, el periodo que las bibliotecas deben esperar para poder licenciar un título después de haber sido publicado. Esto significa que las bibliotecas no pueden ofrecer inmediatamente un título a sus comunidades.
  • Altos costos por préstamo, frente al costo que tiene que pagar un usuario final. Lo anterior, aunado a que las bibliotecas tienen que volver a pagar una vez finalizado el periodo de la licencia y también sumar el costo por plataformas de préstamo digital que las bibliotecas se ven obligadas a utilizar; esto supone ademas un ecosistema cerrado en el que los títulos no se pueden visualizar en distintas plataformas de lectura. 
  • Preservación, dado que las bibliotecas se ven impedidas de adquirir de manera definitiva acervo digital, no les es posible preservar todos estos materiales. Como ejemplo más claro encontramos lo que está ocurriendo con el Préstamo Digital Controlado ofrecido por Internet Archive, lo que le ha valido una dura demanda por parte de las cinco editoriales más grandes.

De igual manera, este paper examina algunos esfuerzos de distintos gobiernos locales de Estados Unidos (como es el caso de Maryland -que es el que se analiza con más detenimiento-, New York, Rhode Island, Massachusetts, Missouri, Illinois, Tennessee y Connecticut) a favor de que las bibliotecas puedan licenciar o adquirir libros digitales y audiolibros en los mismos términos que el usuario final.

En esta revisión, llamó mi atención el uso constante de la frase “reasonable terms” con el que las bibliotecas y gobiernos locales de Estados Unidos piden a las editoriales que licencien acervo digital a las bibliotecas bajo las mismas condiciones que un usuario final; algo que encuentro por demás suave en litigios de esta naturaleza y que se presta fácilmente a todo tipo de interpretación. Como lo comentaba en X, una editorial no tendrá empacho en encontrar razonable el periodo de embargo a las bibliotecas o establecer altos costos de licenciamiento.

De hecho, más adelante en el paper se señala que los declarantes a favor de las bibliotecas están usando términos débiles como “modesto”, “sólo” y “justo”, algo que juega en contra del papel de las bibliotecas si se compara con la ferocidad, o franca agresividad, con la que los abogados que representan a las editoriales y a la Asociación de Editores Estadounidenses (AAP) la presentan sus argumentos.

En este mismo orden de ideas, se ve la urgencia de que les bibliotecaries e instituciones bibliotecarias sean asesorados por abogados expertos en el tema de derecho de autor. Y, ya que estamos en eso, considero que también convendría establecer relación con distintos autores para que conozcan la situación que enfrentan las bibliotecas frente al préstamo digital.

Sin duda, aún se tiene que recorrer un largo camino para lograr que las bibliotecas tengan condiciones justas frente al licenciamiento de acervo digital. Este paper, sin embargo, resulta de gran utilidad para conocer el panorama general que, si bien, sólo se centra en Estados Unidos, es la pauta en el resto del mundo; por otro lado, propone como un comienzo interesante revisar el trabajo que esta realizando Library Futures en este tema.

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